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Industria corcho

Los últimos grandes progresos de la industria del corcho

La industria del corcho no es una industria aislada sino que está estrechamente unida al ámbito de la producción forestal, encontrándose en Portugal y España las principales masas de alcornocales a nivel mundial. El futuro de la industria del corcho no puede escribirse ni estabilizarse sin apoyarse en estas tres patas: industrial, comercial y forestal.

 

La industria del corcho ha evolucionado  atendiendo un mercado en expansión a nivel mundial en el consumo de vino, y con la aparición casi inevitable  de cierres alternativos de botellas. Esta estrecha vinculación con el mercado vitivinícola, su principal valedor, ha sido el principal factor y motor para la innovación en el sector del corcho, tanto en la mejora de la calidad y seguridad del producto, como en la optimización de los procesos productivos para afrontar los retos de un mercado en continuo crecimiento en las últimas décadas.

El tapón natural se ha convertido nuevamente en el producto principal de la industria y el comercio corchero, a pesar del repunte en la producción de tapones llamados técnicos, como microgranulados y 1+1.

Aunque la saca de corcho sea un proceso manual, en el resto del proceso de elaboración de tapones de corcho, desde la preparación del corcho, cocción, lavado, etc. Han experimentado una profunda transformación, incorporando nuevas tecnologías  punteras en la industria de la alimentación adaptadas a las características químicas y físicas del corcho para conseguir un tapón de corcho natural que satisfaga las demandas del sector vinícola de seguridad y neutralidad organoléptica, pero manteniendo intactas las extraordinarias propiedades para el cierre y conservación del vino en botella, que hoy por hoy ningún tipo de cierre alternativo puede obtener. Toda esta inversión en I+D e innovación tecnológica  se ha fijado como objetivo mantener viva la tradición de un tapón de corcho para los vinos de calidad.

EE UU, Italia, Francia o Alemania suponen más del 50%  de la exportación del total producido, pero la entrada de nuevos mercados como Chile, Argentina, Australia, Brasil o Sudáfrica ha provocado que los niveles de exportación vayan en aumento y la presión sobre el sector en paralelo. Las previsiones de crecimiento son máximas en la región asiática.

 

Desde el punto de vista industrial, la actividad corchera se divide en dos subsectores según la fase en la que se encuentre la transformación del corcho, diferenciándose así una primera etapa de preparación y una segunda de elaboración o procesado. Esta separación encierra distintas actividades diferenciadas entre sí por la materia prima y tecnología que usan, las operaciones que realizan y por el género final elaborado

El  complejo mundo de la comercialización de corcho va más allá de la fabricación de tapones de corcho, con la elaboración industrial de diversos tipos de productos transformados que va desde materiales de aislamiento y construcción, artículos domésticos, decorativos, de pesca, etc.

La industria corchera española es, después de Portugal (50%), el segundo productor mundial de corcho con un 30% de la cuota. En cifras, España elabora unos 1.900 millones de tapones al año, de los que 800 millones son destinados a espumosos y 1.100 millones a vinos. La producción supone un cuarto de la fabricación global y unos beneficios superiores a los 350 millones de euros al año.

En los últimos 50 años se ha producido una “iberización” del negocio corchero pero con un trascendental intercambio de papeles entre España y Portugal. Si España ostentaba la supremacía industrial desde principios del siglo XIX, ha sido Portugal la que ha mostrado un rápido y enérgico crecimiento desde mediados del siglo XX, quedando España relegada a un segundo plano sobre todo por el declive de la industria catalana.

En España, el sector del corcho, concentrado principalmente en las comunidades de Cataluña, Extremadura y Andalucía, reúne a más de 150 empresas y genera en todo el territorio nacional un volumen de 2.000 trabajadores. La cifra asciende a 3.000 en los meses de junio a septiembre por el periodo de la saca de corcho.

Portugal domina las tres facetas del negocio corchero: la forestal, la industrial y la comercial, con el distrito de Aveiro como el principal centro manufacturero y comercial del mundo, con el gigante grupo Amorim a la cabeza.

Uno de los principales retos es el estancamiento de la producción de materia prima y empeoramiento de su calidad por el envejecimiento de las masas de alcornocal y por la reducción de la superficie ocupada. Esto ha impulsado en esfuerzo en I+D en generación de cepas más productivas de alcornoque,  e incluso se avanza en su cultivo intensivo para abastecer el creciente mercado mundial en este material de propiedades únicas.

En las dos últimas décadas la industria del corcho  ha potenciado la I+D para elevar las ventas, optimizar los recursos naturales disponibles  y generar un producto más seguro desde el punto de vista sanitario y organoléptico como material que va a entrar en contacto con alimentos (vino, aceite, vinagre, sidra, cavas, champagne, etc.)

La inversión en tecnología punta ha representado cifras del orden de cientos de millones de euros en diseño de maquinaria más avanzada. En los últimos años se ha avanzado extraordinariamente en máquinas de visión artificial 3D, detectores de defectos con rayos X, sistemas de eliminación de Compuestos orgánicos volátiles responsables de desviaciones sensoriales, etc.