A partir de ahí tienen lugar la fase de preparación y hervido de la corteza, para continuar con el troquelado de las planchas. Una vez en la planta, los tapones pasan por rigurosos controles internos y externos de humedad, densidad, microbiológicos, residuos oxidantes, residuos de polvo, capilaridad, organoclorados…etc.
Una vez superados todos los controles descritos, los tapones reposan en el almacén hasta iniciar los diferentes procesos de acabado antes de ser servidos a los clientes.