Ser capaces de transmitir emociones y generar experiencia de compra. No es un simple tapón, es el compañero de viaje de tu producto en los próximos años, tu aliado, el encargado de que tu vino evolucione dentro de la botella correctamente. Y por último, es además el encargado de inaugurar el acto social culinario más respetado en la mesa a lo largo del tiempo, el descorche. Momento en que todos los comensales dejan de hablar para mirar a la botella y ver cómo sale el tapón, contener la respiración hasta que el más avanzado en los placeres enológicos de la mesa, asiente con la cabeza y da su visto bueno. Hora de disfrutar.
Vemos de manera imprescindible desarrollar nuestra imagen para transmitir estos cambios.
En este sentido y de la mano del diseñador Nicolás Aznárez, hemos unido los conceptos de localización y fabricación en un solo elemento: el tapón de corcho. La corriente del río Ebro, su azul y la silueta de un tapón de corcho componen nuestro logotipo, que presentamos acompañado de un ebrocork, con un aire más juvenil y cercano.
Puntualmente irá acompañado de nuestro nuevo claim: “Experiencia de descorche”.