Si, tu. Esa persona que está detrás de este tractor a diario. Eres el gran protagonista. En realidad, lo has sido siempre, pero de unos años aquí el mundo ha estado mentalmente más lejos de ti. Los niños han crecido en las ciudades, lejos de esas tierras dónde tu cultivas lo que ellos comen y beben. Han crecido sin saber cómo es la planta que da esas uvas embotelladas que se beben sus padres o sin tener la sensación de comer una manzana directamente del árbol. Algo tan primitivo y simbólico de nuestra historia. En cualquier caso, volvamos a nuestro protagonista. Aquellas personas que pasan los días mirando al cielo para ver si va a llover o va hacer calor. Los que cosechan de noche para que esos espárragos blancos que tanto te gustan, sigan siendo blancos, y la luz del sol no les haga cambiar hacia ese color verdoso a causa de la clorofila.
Los que al igual que un médico, son indispensables en nuestras vidas, pero cobrando en muchos casos una cuarta parte. Gracias por estar siempre ahí, luchando contra gobiernos, temporales, guerras y precios muchas veces ridículos avalados por la incultura social.
Gracias.